
La cuestión es que su "triste" vida pasó de castillos en castillos, entre España, Nápoles y París. El tipo era un seductor nato, se le conocen muchas amantes que mantuvo hasta edad muy avanzada peor eso no impidió que él tuviera dos esposas. El primer matrimonio acabó, anecdóticamente, por la infidelidad de ella, de este matrimonio tuvo varios hijos con destinos trágicos: Leopoldo, que murió poco después de nacer, o Leopoldine, que moriría en las aguas del Sena en su noche de bodas. De todos modos la separación le dio un buen periodo creativo, y “parió” Nuestra Señora de Notre Dame que le dejó echo polvo físicamente pero con buena situación económica. Tenía 28 añitos.
El tipo no era fácil, al parecer comía como un psicópata, le encantaba la fiesta y curraba de forma compulsiva. Además gracias a sus convicciones políticas (o por culpa de ellas) pasó mucho tiempo en el exilio donde se dedicó a diversas y curiosas aficiones como el espiritismo. De estas idas de olla algunos biógrafos sostienen que le entraron unos afanes por suicidarse cosa mala. Además tenía entretenimiento ya que conoció a Oscar Wilde, Hans Christian Andersen y ya se relacionaba con Alejandro Dumas y a Julio Verne. Pero cuando regresó a Paris consiguió escribir su obra maestra y uno de mis libros favoritos “Los Miserables”.
Acostumbrados como estamos a escritores torturados y pobres la vida de Víctor Hugo no se nos antoja muy “sufrida” peor es que viendo sus aposentos recreados en el número 6 de La Place des Vosgues la cosa no mejora.
En las primeras salsa se pueden ver muchos manuscritos, dibujos y anotaciones.
Después las estancias. La más impactante es la habitación china, regalo para su mujer.
La visita termina en el dormitorio, recreación de la pieza donde murió donde no falta el escritorio. Muchos muebles son aún originales y sobrevivieron a las subastas de la época.
En la escalera algunos posters de las diversas representaciones de la obra. Un gusto para los fans.
Si queréis visitar las alcantarillas sobretodo preparaos para el aromático placer que experimentaréis. Las aguas residuales son muy visibles y algunos pueden considerarlo muy desagradable pero sobre todo es una experiencia evitar las gotas de condensación que caen por doquier. La verdad es que es mejor no pensarlo mucho, pero la visita merece la pena.

Se pensaba que era el lugar ideal para enterrar a los protagonistas de la Revolución y se pasaron. De este modo y progresivamente se han ido exhumando tumbas para rellenar espacios trasladando algunos cuerpos a la cripta cuando decidieron que eran suficientemente importantes para estar allí.
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