Este año mi familia al completo se ha dirigido a Villajoyosa, cerquita de Benidorm para realizar los deportes de riesgo más habituales de esta época del año: shopping, mercadilling, siesting, taping, y helating.
Mi hermana como compradora compulsiva que es y dada su absoluta necesidad de ampliar su colección de bolsos (solo tiene 90) y zapatos (solo tiene 30) ha recorrido los mercadillos y tiendas de toda la zona gracias al mal tiempo. En sus ratos libres ha decidido que debía ponerse morena para llegar con más color que sus compañeros de clase. En este objetivo me he solidarizado con ella porque estoy harta de seguir transparente, cual inglesa, después de un año sin ver la luz del sol.
El objetivo era estar en la playa al mismo tiempo que el sol pero el resultado no ha sido el esperado. Bea ha pasado mas frío del humanamente posible y ha acabado pegada a la pared tiritando mientras que yo por mi parte he pescado un constipado la mar de majo por ser la más machota del lugar. Por primera vez en nuestra vida hemos llegado a bajar a la playa por la tarde tras comer engañados por la falsa sensación de claridad del sol que al llegar al paseo marítimo se tornaba en un conato de tormenta con vientos huracanados.
Por supuesto al menos nos hemos deleitado con las típicas viandas del Mediterráneo dándonos a la comida y a la bebida entre cine y cine. ¡Que remedio! Y por supuesto lo más típico de las tormentas primaverales en la playa son los clásicos apagones que permiten a la familia unida comer a la luz de las velas. Considerando que hemos podido robar conexion al vecino la cosa no ha sido tan grave y al menos hemos tenido contacto con el mundo exterior. Ademas el ayuntamiento en un alarde de inteligencia ha dejado el pueblo la mar de mono ara dar paseos con el parque, el nuevo paseo de la playa y el futuro auditorio.
No hay mal que por bien no venga, ni mal que cien años dure, así que nuestro constipado y nuestra palidez han regresado a Madrid tan intactos como se fueron y algo mas gorditos por el exceso de alimentación rica en grasa y la imposibilidad de ser quemada debido al frío que hacia.
Las próxima Semana Santa lo pensaremos dos veces, lo meditaremos profundamente y tras una sabia reflexión volveremos a tropezar con la misma piedra, haremos la maleta y acabaremos en la playa viendo pasear a los señores con el capirote del Ku Kus Klan rodeados por ingleses colorados (que alguien me explique como lo hacen) con nuestra bufada y guantes meditando sobre si sacar otra manta para taparnos por la noche.
Por supuesto al menos nos hemos deleitado con las típicas viandas del Mediterráneo dándonos a la comida y a la bebida entre cine y cine. ¡Que remedio! Y por supuesto lo más típico de las tormentas primaverales en la playa son los clásicos apagones que permiten a la familia unida comer a la luz de las velas. Considerando que hemos podido robar conexion al vecino la cosa no ha sido tan grave y al menos hemos tenido contacto con el mundo exterior. Ademas el ayuntamiento en un alarde de inteligencia ha dejado el pueblo la mar de mono ara dar paseos con el parque, el nuevo paseo de la playa y el futuro auditorio.
No hay mal que por bien no venga, ni mal que cien años dure, así que nuestro constipado y nuestra palidez han regresado a Madrid tan intactos como se fueron y algo mas gorditos por el exceso de alimentación rica en grasa y la imposibilidad de ser quemada debido al frío que hacia.
Las próxima Semana Santa lo pensaremos dos veces, lo meditaremos profundamente y tras una sabia reflexión volveremos a tropezar con la misma piedra, haremos la maleta y acabaremos en la playa viendo pasear a los señores con el capirote del Ku Kus Klan rodeados por ingleses colorados (que alguien me explique como lo hacen) con nuestra bufada y guantes meditando sobre si sacar otra manta para taparnos por la noche.
1 Comentarios
ann, la proxima vengansé a buenos aires la vana pasar genial ;)
ResponderEliminarjaja naa el caribe estaría bueno..
bueno espero que todo ande bien;
rod.-