Nunca pensamos que pudiera ser verdad pero hemos vivido el mejor día de nuestra vida este fin de semana- puente-acueducto de mayo.
Fue el domingo 29 de abril. La noche anterior conseguimos atrincherarnos en el cuarto poniendo un par de cosillas en la puerta para evitar que los perros durmieran en nuestra cama. Eran dos chuchos mutantes encantadores pero dormir con Bea ya es suficientemente peligroso como para meter a dos bichos con babas que quieren morderme la cabeza en la misma cama.
Fue el domingo 29 de abril. La noche anterior conseguimos atrincherarnos en el cuarto poniendo un par de cosillas en la puerta para evitar que los perros durmieran en nuestra cama. Eran dos chuchos mutantes encantadores pero dormir con Bea ya es suficientemente peligroso como para meter a dos bichos con babas que quieren morderme la cabeza en la misma cama.
A la mañana siguiente tras despertar a nuestras dos marmotas favoritas nos fuimos al lugar más peligroso del mundo: el mercadillo. Allí decidimos hacer apología de “no a la piratería” pisando las mantas de los negros pero decidimos que podía no ser una buena idea porque también tenían falsificaciones de todos los bolsos del mundo y Bea se pone muy sensible con el tema de dañar los bolsos.
Una hora más tarde y dos pares de zapatos después partimos camino a Cataroja al restaurante megacuco del “hemanisimo”. Para hacer hambre, recordemos que habíamos desayunado a las 12 de la mañana, decidimos dar una vuelta por el pueblo con la consiguiente perdida del grupo sin mapa ni GPS. Cuando encontramos el local decidimos seguir comiendo hasta que nos salieran los alimentos por los ojos. El objetivo casi se cumple. Todo estaba muy rico y las peras al vino se aparecen cuando cierro los ojos y en mis sueños (es decir cuando no sueño con Pol). En este momento empezamos a saber el apetito voraz de las hermanas Vidal cuando Marta a la vista de los entrantes informo que merendaríamos Crepes.
Cuando abandonamos el restaurante nos dirigimos a Valencia para elevar aun más el arte de las compras. Si, todos pensareis… ¡Pero si es domingo! Pero no sabéis que para mirar escaparates y fotografiarlos da lo mismo que día de la semana sea. Así que recorrimos media Valencia hasta encontrar todos los Zara, Mango y derivados. Cuando Maria empezó a pedir que le amputaran los pies y con breves incisos cuando me metía en catedrales e iglesias a escondidas para evitar seguir de “compras” optamos por retirarnos porque como ya habíamos hecho la digestión podíamos seguir ingiriendo alimentos.
Destino Heron City. Un tira y afloja para elegir la peli, la cosa estaba entre Julian McMahon y Hugh Jackman gano el primero… creo que para nuestra desgracia porque ni desnudándose nos mantuvo entretenidas. Antes del cine asaltamos las maquinas de Kittys para el móvil comprando la colección entera menos nuestro propio signo del zodiaco. Y claro Marta se acordó de su Premonition de la mañana y fuimos en busca de las Crepes.
La Crepe es una ciencia y las crepes congeladas servidas medio frías no están dentro de lo que llamamos Nouvelle Cuisine. El camarero (un ángel del infierno haciendo horas extras lleno de tatuajes y piercings) nos tomo nota escuchando lo que le daba la gana e ignorando el resto. Por supuesto la cuenta se la pedimos cuatro veces y aunque el Cerdo Salvaje insistía en venir a buscarla bajo todos los platos no apareció nunca. Secretamente todos queríamos conservar la cuenta para recordar el lugar y no volver a pisarlo en la vida. Marta pidió que le calentaran más su suculenta crepe y gracias a eso la mitad del chocolate se escapo por los bordes y no murió intoxicada.
A la salida del cine descubrimos lo guay que se siente uno llevando un cochazo. Mientras nos vacilaban niños maquineros con trance en sus fragonetas nosotras llevábamos muy dignamente nuestro pop opera en el “tanque” como cariñosamente denominamos al coche.
Por supuesto regresamos casa donde nos esperaba Atila y los Hunos ansiosos por morder, escupir o babear al primer incauto en atravesar la puerta.
¡Lo que había dicho! El mejor día de nuestra vida...
El lunes continuo en la misma dinámica turista-cultural-culinaria. Desayuno tarde. Visita a la American’s Cup enseñando a contar a los señores de los barcos:
- Son 8 más 4 más la niña.
- ¡Son 13, me habéis engañado!
El mal que ha hecho la ESO… y gracias a los poderes sumatorios del barquero dirección a la paella. En la playa de la Malvarrosa. Bea devorando langostinos como solo ella sabe hacer, Maria y sus surtidos ibéricos y entre tanto el resto recordando que Barcelona es una republica independiente y el resto es ya España y meditando sobre la posibilidad de que hagan regatas nocturnas… ¡Ah! Por supuesto consumimos postre.
Marta nos llevo a ver Port Saplaya donde estuvimos meditando sobre comprarnos la casita de verano. Después de verificar que a Marta le iban a tener que cortar el dedo meñique por llevar zapatos nuevos todo el día aprovechamos para felicitar a nuestro mito erótico de este año: ERIC, WE LOVE YOU! Y camino a la merienda (Recordemos que habíamos pasado una hora y media sin comer nada). Como reconocimos el catálogo de crepes congeladas optamos por los gofres que son mas saludables. Regados con batidos.
Parada técnica en Alcampo para comprar pizzas para la cena (que en un par de horas volvíamos a tener la necesidad de comer) y nos reunimos con los placidos y calmados perros de Maria que nos esperaban en el salón con las fauces abiertas.
Partida de Buzz cuyas normas explicare en otro post cuando me quede claro si el objetivo del juego es ganar o putear a Ana y a la cama con la firme promesa de levantarnos pronto para irnos… ¡Por supuesto fracasamos pero seguimos siendo felices!
Una hora más tarde y dos pares de zapatos después partimos camino a Cataroja al restaurante megacuco del “hemanisimo”. Para hacer hambre, recordemos que habíamos desayunado a las 12 de la mañana, decidimos dar una vuelta por el pueblo con la consiguiente perdida del grupo sin mapa ni GPS. Cuando encontramos el local decidimos seguir comiendo hasta que nos salieran los alimentos por los ojos. El objetivo casi se cumple. Todo estaba muy rico y las peras al vino se aparecen cuando cierro los ojos y en mis sueños (es decir cuando no sueño con Pol). En este momento empezamos a saber el apetito voraz de las hermanas Vidal cuando Marta a la vista de los entrantes informo que merendaríamos Crepes.
Cuando abandonamos el restaurante nos dirigimos a Valencia para elevar aun más el arte de las compras. Si, todos pensareis… ¡Pero si es domingo! Pero no sabéis que para mirar escaparates y fotografiarlos da lo mismo que día de la semana sea. Así que recorrimos media Valencia hasta encontrar todos los Zara, Mango y derivados. Cuando Maria empezó a pedir que le amputaran los pies y con breves incisos cuando me metía en catedrales e iglesias a escondidas para evitar seguir de “compras” optamos por retirarnos porque como ya habíamos hecho la digestión podíamos seguir ingiriendo alimentos.
Destino Heron City. Un tira y afloja para elegir la peli, la cosa estaba entre Julian McMahon y Hugh Jackman gano el primero… creo que para nuestra desgracia porque ni desnudándose nos mantuvo entretenidas. Antes del cine asaltamos las maquinas de Kittys para el móvil comprando la colección entera menos nuestro propio signo del zodiaco. Y claro Marta se acordó de su Premonition de la mañana y fuimos en busca de las Crepes.
La Crepe es una ciencia y las crepes congeladas servidas medio frías no están dentro de lo que llamamos Nouvelle Cuisine. El camarero (un ángel del infierno haciendo horas extras lleno de tatuajes y piercings) nos tomo nota escuchando lo que le daba la gana e ignorando el resto. Por supuesto la cuenta se la pedimos cuatro veces y aunque el Cerdo Salvaje insistía en venir a buscarla bajo todos los platos no apareció nunca. Secretamente todos queríamos conservar la cuenta para recordar el lugar y no volver a pisarlo en la vida. Marta pidió que le calentaran más su suculenta crepe y gracias a eso la mitad del chocolate se escapo por los bordes y no murió intoxicada.
A la salida del cine descubrimos lo guay que se siente uno llevando un cochazo. Mientras nos vacilaban niños maquineros con trance en sus fragonetas nosotras llevábamos muy dignamente nuestro pop opera en el “tanque” como cariñosamente denominamos al coche.
Por supuesto regresamos casa donde nos esperaba Atila y los Hunos ansiosos por morder, escupir o babear al primer incauto en atravesar la puerta.
¡Lo que había dicho! El mejor día de nuestra vida...
El lunes continuo en la misma dinámica turista-cultural-culinaria. Desayuno tarde. Visita a la American’s Cup enseñando a contar a los señores de los barcos:
- Son 8 más 4 más la niña.
- ¡Son 13, me habéis engañado!
El mal que ha hecho la ESO… y gracias a los poderes sumatorios del barquero dirección a la paella. En la playa de la Malvarrosa. Bea devorando langostinos como solo ella sabe hacer, Maria y sus surtidos ibéricos y entre tanto el resto recordando que Barcelona es una republica independiente y el resto es ya España y meditando sobre la posibilidad de que hagan regatas nocturnas… ¡Ah! Por supuesto consumimos postre.
Marta nos llevo a ver Port Saplaya donde estuvimos meditando sobre comprarnos la casita de verano. Después de verificar que a Marta le iban a tener que cortar el dedo meñique por llevar zapatos nuevos todo el día aprovechamos para felicitar a nuestro mito erótico de este año: ERIC, WE LOVE YOU! Y camino a la merienda (Recordemos que habíamos pasado una hora y media sin comer nada). Como reconocimos el catálogo de crepes congeladas optamos por los gofres que son mas saludables. Regados con batidos.
Parada técnica en Alcampo para comprar pizzas para la cena (que en un par de horas volvíamos a tener la necesidad de comer) y nos reunimos con los placidos y calmados perros de Maria que nos esperaban en el salón con las fauces abiertas.
Partida de Buzz cuyas normas explicare en otro post cuando me quede claro si el objetivo del juego es ganar o putear a Ana y a la cama con la firme promesa de levantarnos pronto para irnos… ¡Por supuesto fracasamos pero seguimos siendo felices!
PD. Agradecemos el fin de semana a Jaume por prestarnos su casa, a Atila por no comenos mientras sobabamos, a Marta por aguantarnos, a Maria por sus despistes y a la familia Vidal por ser siempre tan amables.
2 Comentarios
HOLA Pollo!!!!!
ResponderEliminarNos hemos levantado pronto para leer tu post.
Todavía lloro de la risa.... la verdad es que este finde ha sido inolvidable (menos la super peli, cuyo nombre ya no me acuerdo y borré de mi mente al salir de la sala) espero que se repita alguna vez... con o sin Pol!
Mi hermana hoy ha tenido una gran frase!! ha querido q dejase de llamarla pollo y ha dicho que era la poll_ jefe! mmm no tengo muy claro a q se refiere!
ResponderEliminarcreo q echa de menos a pol nos lo podiais mandar una temporada!!