LA COMUNIDAD DEL ANILLO

"Tres Anillos para los Reyes Elfos bajo el cielo. Siete para los Señores Enanos en palacios de piedra. Nueve para los Hombres Mortales condenados a morir. Uno para el Señor Oscuro, sobre el trono oscuro en la Tierra de Mordor donde se extienden las Sombras. Un Anillo para gobernarlos a todos. Un Anillo para encontrarlos, un Anillo para atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas en la Tierra de Mordor donde se extienden las Sombras."

El Señor de los Anillos, JRR Tolkien

La semana pasada me ha pasado algo terrible. Estaba esperando para oír una interesante disertación sobre las Políticas Públicas cuando apareció el muchacho que iba a hablar. En cero coma tres segundos decidí que el tipo era el futuro padre de mis hijos (normalmente llego a esta conclusión un par de veces por semana) Así que pasé a la inspección completa, dicese: CHC (Cara, Hombros y Culo). Para mi sorpresa tras la Cara y Hombros mi mente decidió por cuanta propia que había un lugar antes que el Culo que debía ser observado con detenimiento. No seáis mal pensados que es pero que eso. Busqué desesperadamente sus manos cual posesa. Este extraño comportamiento tomó sentido cuando vi que estaban desnudas y respiré aliviada. ¡¡Había buscado un anillo!!

Es la primera vez en mi existencia de single (ahora nos hacemos llamar así que queda mucho más chic) que hago algo tan terrible. Esta reacción “irracionalmente meditada” es la forma que tiene mi cerebro de decirme que los hombres potencialmente “pillables” están en edad de ser casados o casaderos. Aún estoy hiperventilando. Así que antes de bajar aún más en el escalafón del solterón creo que voy a pedir ayuda profesional.

Creo que es el momento de crear una Comunidad del Anillo para llevar la alianza a Mordor y destruirla. Con lo machista que era Tolkien lo mismo su novela no es más que un alegato en contra del matrimonio con esos pobres Enanos, Elfos y Hombres (a.k.a. casados) alienados poseídos por el anillo y los Hobbits (a.k.a. Solterones) enfrentados a su destino de destruirlo. Igualmente da mucho que pensar.