PICTURE EUROPE!

El verdadero secreto de disfrutar de un Festival de Cine (aunque sin la panzada que nos dimos la última vez) es sin duda tomarlo con mucho humor y filosofía. El Festival de Cine Europeo Pictue Europe! organizado por los Renoir fue un fracaso absoluto, no por las películas proyectadas si no por la truculenta organización del evento y la coordinación de los asistentes. El chico de los Renoir dijo muy feliz que la acogida de Madrid era la mejor de de todas las sedes y que llenaban siempre. La verdad es que eso es trucar un poco los datos porque dudo que los cines de Munich o Copenhague sean tan pequeñitos como las salas de los Renoir. Por eso casi todas las sesiones estaban llenas (dejando a Carlos fuera de la Alemana que tantas ganas tenía de ver y que dado que va de citas rápidas no le deja en un buen lugar).

Básicamente nos dedicamos a ver cada uno lo que nos dio la gana sin quedar ni coordinarnos en ningún momento por lo que llegó el jueves, día de la clausura, y ya nos pusimos serios y quedamos en la puerta de los dichosos cines.

Un Festival tan bohemio tenía que tener grandes obsequios a la salida (para olvidar los dulces de leche) básicamente cada lugar aportaba al cine a través de la embajada de procedencia de la cinta algún licor de la tierra en las sesiones de las 7 y media y en algunas ocasiones incuso se hacían debates tras la proyección cuando algún miembro del equipo se dignaba a aparecer (aunque con la simpatía desbordada por el director Holandés a Carlos aún le quedaban ganas de coloquio como para desear que apareciera el director Búlgaro lo cual habría dado mucho más cague que su película ya que el menda decidió morirse hace pocas semanas).

En La Ragazza del Lago vino a la proyección, como uno más oigan, Fernando León de Aranoa que tuvo la deferencia de ponerse en la última fila para no quitar visibilidad de subtítulos a nadie porque mira que es alto el coleguita.

La reflexión final la dejo, por supuesto, al tipo contorsionista que se sentó detrás mío y que tenía la intención de pisar la manga de mi chaqueta aunque tuviera que romperse la columna en el intento. A mí mi mama me enseñó a sentarme en lugares públicos como para no tener que joder al de delante pero hay gente que lo del urbanismo no se lo han explicado bien y el tipo decidió que para su comodidad tenía que subir la “pata” o “pezuña” sobre el reposabrazos donde descansaba la manga de mi cazadora. Tiene sus santos co****s que en el festival de frikis no hubiera que explicar a nadie que no debes saltar sobre la peña que se sienta al lado y en el de cine europeo te salgan con semejante chorrada.

Y como no quiero decepcionar a nadie os dejo con la cosa que más nos gusta de cada festival al que asistimos. La Cortinilla. Esta vez llama la atención por su incuestionable gusto en el doblaje que consigue cargarse la idea, a priori bastante brillante. Juzguen por sí mismos.