Harry Dresden es un tipo normal, con un empleo más o menos peligroso, es detective-investigador privado con una especialidad algo “peliaguda”. Se dedica a buscar y perseguir monstruos de diferentes tipos y se junta con gente de diversa calaña, véase: Vampiros, aliens, robapieles, fantasmas, hombreslobo,… ¡Vamos, lo normal!
El caso es que su padre era mago, y muy malo por cierto, y él por alguna razón tenía poderes fascinantes que escapaban de su razón y los cuales sirven ahora para ganarse la vida.
Entre pócimas y sortilegios tiene su pequeña base estratégica y ayuda a la policía, concretamente a una agente con la que seguro hay tema y a todo aquel insensato que cruza la puerta con alguna petición descabellada mientras su mascota-ayudante, un simpático y Exquisito fantasma que vive en una calavera le aconsejará sobre lo más correcto en cada caso, usualmente mantenerse alejado.
La historia De Bob es fascinante, era un mago medieval que se dejó seducir por las artes oscuras, al sacar tanto los pies del tiesto fue asesinado y como eso parecía no ser suficiente rescataron su alma y ka afincaron en la calavera obligándole a servir a su dueño por toda la eternidad. Una especie de genio de la lámpara con mala chufa y contestón.
Dresden tiene ese encanto de serie rodada con cuatro cuartos como Embrujadas e incluso comparte posiblemente algunos elementos de atrezzo.
Puede que no hubiera llegado a una pantalla si su productor ejecutivo no tuviera el nombre que tiene, Nicolas Cage, aunque no puedo remediar al verla pensar cómo hubiera sido si además hubiera decidido ser el protagonista de la misma. Yo desde luego no me perdía ni un capítulo… Pero el caso es que han decidido poner a la cabeza a Paul Blackthorne, un especie de mezcla entre el hijo de Nip Tuck y Luke Pery cabezón con sus labios carnosos y poniendo morritos creyéndose el más sexy del lugar… ¡Craso error! Con un tipo con más sexappeal la serie no estaría relegada a la madrugada de Cuatro (también emitida en el canal de pago Sci Fi pero así no quita protagonismo a los guapos secundarios y secundarias (vistos en todas las series juveniles posibles) que irán desfilando por el despacho de Dresden.
La serie es entretenida y amena aunque su piloto es un poco pesado, demasiadas pretensiones que se fueron diluyendo con un poco más de humor y menos subtramass engorrosas. Ideal para todos aquellos que echen de menos a las hermanas brujas.
2 Comentarios
a mí esas sí me gustan, si hay magia
ResponderEliminarbeso
Creo seriamente que deberias grabarme unos dvdeses con varias de estas series y mandarmelos a mi montaña. Yo no tengo canal de pago y de madrugada no soy persona, me duermo de pie, pero entre Maria y tu, me poneis los dientes largos.
ResponderEliminarA ver que te costaria!
Fybie