Tengo una teoría (otra más, si). Creo que en las editoriales y productoras se encargan de poner a un sádico diseñando productos sólo por el gusto de crear algunos objetos tan obscenamente caros que nadie normal pueda permitirse adquirirlos sin vender partes de su cuerpo. Por poner un ejemplo, la edición especial de Pesadilla Antes de Navidad de FNAC es uno de esas grandes putadas. Esos objetos que miras en la estantería, admiras, abrazas, pero nunca te puedes llevar a casa sin sentirte tremendamente culpable.
La semana pasada fui a un mercadillo. Era por una buena causa. Iba con intención de echar un vistazo y no comprar nada y acabaron dándome una caja para transportar todas mis compras. A pesar de los excesos de este mes por primera vez no me sentí culpable, al contrario, me sentí realizada porque finalmente soy poseedora de uno de esos objetos reservados para unos pocos privilegiados. Una de esas ediciones que puedes legar a tus nietos y que provocan las envidias de todos tus congéneres.
En mi defensa debo decir que el dependiente “me obligó” a comprarlo.
Yo me había mantenido en el límite de lo correcto con una compra moderada (lo que para mí es moderada) hasta el momento de efectuar el pago cuando el buen señor analizando mis adquisiciones se dio cuenta de que podría venderme la pieza más cara del mercadillo. Y una, que es muy fácil, nunca dice que no.
Cuando señalando a lo alto de una estantería me preguntó si había visto “EL LIBRO” (si, en mayúsculas como si fuera Dios) me di cuenta de que lo que iba a pasar no me iba a gustar nada, bueno, a mí si pero a mi VISA no. Allí estaba. Reposando en un altillo. Hermoso. Magnífico, Impoluto. En perfecto estado. El libro que siempre soñé poseer y que mi bolsillo nunca pudo afrontar: The Ingmar Bergman Archives.
Un mamotreto de casi diez kilos y que mide prácticamente medio metro de largo cerrado. Al bajarlo de su repisa sabía que no había marcha atrás. En la primera página su fragmento de fotogramas de 35 mm me miraba rogándome que les llevara a casa. A su lado un DVD con películas caseras y sin editar del director hacía códigos morse con destellitos.
Entonces sucedió lo imprevisible. El propio dependiente se puso a regatearme el precio, precio que, por otra parte no había mirado aún. Algo en mi mirada de lascivia y deseo le hizo pensar que podía ser una presa fácil. Por eso cuando le expliqué que mi tarjeta de crédito me iba a odiar si lo compraba no entendió que estaba perfectamente dispuesta a comprarlo sin necesidad de descuento por su parte y él mismo empezó a rebajar la pieza y hacer lotes con el resto de los libros de forma que no haberlo llevado a casa hubiera sido considerado por cualquier cinéfilo como un pecado mortal.
Por eso ahora soy la feliz propietaria de una pieza de colección, de un pedacito de glamour y de lo que es posiblemente el libro más hermoso jamás editado.
¿Quién quiere tener sexo pudiendo poseer una maravilla como esta?
5 Comentarios
Yo siempre me arrepentiré de no haberme comprado un busto de Eddie que contenía toda la discografía (hasta ese momento) de Iron Maiden (Eddie es su mascota). Pero claro, por aquel tiempo estaba casado (sí, yo no siempre he sido un friqui pinchaonunpalo) y mis deberes para con la unidad familir me frenaron.
ResponderEliminarMe alegro, Nita, de que, ahora que se acercan tus fiestas más señaladas, tú, que no en vano albergaste amorosamente al niño dios (espero que no le obsequiaras con trucos de magia gore mientras sus deíficas neuronas aún estaban por formar, aunque sospecho que sí, lo cual explicaría muchas cosas), tú, que eres todo exceso, no pudiendo más los hombres que huir a tu paso pues temen tu fogosidad en cualquier ámbito de la vida, excepto el laboral, tú, que nos deleitas y martirizas con tus viajes a lugares donde hablan inglés para recordarnos lo corchopolíglotanpan que llegas a ser, tú, hayas vuelto a contestar a tus humildes comentaristas.
Y sin más, me voy.
PD: Nótese la brillantez del neologismo "corchopolíglotapan". Es impresionante. Sólo se me podía haber ocurrido a mí. Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que... Es que...soy el mejor :)
Por cierto. ¿!¿!¿!¿Os habéis enterado de que ahora "solo" ya solo se aceptúa cuando el adverbio puede confundirse con el adjetivo (hay ambigüedad)?!?!?!?!
ResponderEliminarEs INAUDITO. Me cambian las reglas. La vuelven a una loca. No sé que voy a hacer con todos los rulos que ya tenía acentuados.
Además, a mí es que me sale solo, acentuar al solo cuando signfica solamente (es adverbio).
¡¡MALANDRINES!!
Ejemplo de frase ambigua:
- Hola, chato. --> No, esta no.
- Cuando llegó, solo intentó hacerlo. --> Sí, esta sí.
Están locos. Están locos. Están locos. Están locos. Están locos. Están locos. Están locos. Están locos. Están locos. Están locos. Están locos. Están locos. Están locos. Están locos. Están locos. Están locos. Están locos. Están locos. Están locos. Están locos. Están locos. Están locos. Están locos. Están locos. Están locos. Están locos. Están locos. Están locos. Están locos. Están locos. Están locos. Están locos. Están locos. Están locos. Están locos. Están locos. Están locos. Están locos.
P.D.: Es que como ahora ya no puedo usar mi blog para decir gilipuerteces, pues he decidido que me mudo aquí, que Ana nunca se enfada si me salgo del guión.
yo le he comprado la maravilla de tim burton a mi hermano para reyes... aunque creo que se adelantaré a santa claus... (hortera, sí) por aquello de la navidad... y porque me muero por abrirlo!!!
ResponderEliminarbueno, vale... le he comprado la maravilla versión menos glamourosa, la asequible, la que me permite seguir comiendo de aquí a la próxima nómina.
ResponderEliminarA la última pregunta del post, la respueste es ¡YO!
ResponderEliminarjajaja