En la orilla izquierda se encuentra el mayor despliegue hacia el mundo árabe de todo Paris, no sólo por la increíble mole que es el Museo del Mundo Árabe, también porque a corta distancia se puede ver uno de los edificios más bellos pero anacrónicos de la capital francesa: la gran mezquita.
En 1926 se terminó este templo que fue el primero en su género en todo el territorio francés, dato curioso debido a la importante población practicante musulmana que se encuentra residiendo allí.
Ahora el edificio se puede visitar en sus múltiples facetas. Tienen los baños turcos más famosos de Francia (cuesta unos 15 € una sesión del Haman), un restaurante y salón de té (con bebidas desde 2 €). Pero lo realmente bello es el interior.
Si bien, recordemos, se trata de un lugar de culto lo más destacable es el remanso de paz que se respira conseguido pro una serie de patios internos, y salas de estudio y lectura decorados con mosaicos de bellos colores.
El patio principal es sin duda lo más llamativo de todo el recinto, en él se combina la vegetación con las fuentes para dar entrada a la única zona privada: el lugar de oración.
Un recogido patio que da acceso a la gran sala a cuyas puertas se acumulan los zapatos devolviendo al turista a su situación de privilegiado visitante del recinto.
2 Comentarios
HOLA ante todo ,la verdad es que es precioso yo cuando estuve en paris visite otros lugare pero ese no aunque ami lo mas que me impacto fue momatre (no se escribirlo pero se entiende)tan solo el ver la vista desde sus altura es una verdadera pasada ,paris es precioso y el resto de francia increible . besitos
ResponderEliminarBuenoParis tiene ese punto turístico pero también tiene sus lugares ocultos, si tienes oportunidad de volver no dejes de salir de la ruta de la guía y a lo mejor descubres algún rincón que e guste incluso más.
ResponderEliminarUn saludo y gracias por pasarte.