Las obras que representan son muy pequeñas, en espacio y en tiempo. Una salde no más de 15 personas y una duración que ronda el cuarto de hora. La sala es igual de grande que una habitación de tu casa. Todo lo ganan con ingenio, nada de pomposidad o escenarios. La entrada vale 4 euros y no hace falta preocuparse de sacarla antes, de hecho no la venden, llegas y pides consejo a la taquillera: quiero una de risa, la que empiece antes. De ese modo ganas en improvisación, en sorpresa, en salir a dar una vuelta por el centro y acabar viendo una obra de teatro.
Vigo Mortensen sin ir más lejos estuvo de tapadillo actuando allí una semana.
Y si tienes niños hay sesiones infantiles, una forma perfecta de aproximarles al teatro sin cansarles con una obra larga. Y más económico.
Lo encuestas en:
Calle de Loreto Prado y Enrique Chicote, 9, Madrid
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