Operación Bañador

Reconozco que he oído eso de que el resto de los mortales están en eso de la "Operación Bikini" dándolo todo, matándose de hambre y haciendo running de ese que es "el correr" de toda la vida. Pero a mi esa operación no me gusta. Yo prefiero la operación bañador que consiste básicamente en comprarte un bañador con mucha tela para tapar las lorzas almlimentadas con el sudor de mi frente. 

Lo que ha pasado es que este año me he encontrado con que tengo dos bañadores... iguales. Y por tanto una cruz en la espalda provocada por los primeros rayos de sol. Lo que se denomina de toda la vida un desastre.

Y muy ufana me fui al Corte Inglés. Después de una cuidadosa selección no encontré ninguna pieza que bajara de los 70 euros con una generosa rebaja del 10%. Cuando llegué a la cola del probador había una fila de más o menos 50 ancianas con kilos de bañadores en sus brazos. Echando cuentas de la media que podía tardas cada una de ellas en probarse sus elecciones playeras calculé que hasta las 23:55 no habría llegado a un probador así que abandoné los carísimos trozos de lycra y me fui a tomarme una caña que es más práctico.

Mi segundo intento fue en la sección de Oportunidades del mismo Corte Inglés. Allí descubrí que sólo hay bikinis muy, muy, muy pequeños o bañadores azules de tamaño ballena. No bajan de la talla 60. Además llevan un relleno en los pechos que resulta impactante. Para hacerse a la idea, si viajas con Ryanair en tu maleta solo caben dos bañadores de estos y forzándola un poco. Me pregunto para que quiere una señora de talla 60 más relleno en el pecho porque con semejante volumen ni sujeta ni agarra ni nada de nada.

Así que ya con el rabo entre las piernas me fui a Decathlon y allí por unos moderados 15€ me compré mi nuevo bañador y doy por finiquitada esta tediosa operación veraniega.