De paseo por la gloriosa Benidorm, ciudad capaz de recoger la más grotesca mezcla de mundanidad, modernidad, cangrejas y borrachos del mundo, nos hemos encontrado con una interesantísima idea que no podemos dejar escapar sin un comentario.
Se trata de la implantación en sus calles de "señales emocionales". A pesar de lo exótico del nombre en realidad es mucho más simple de lo que parece.
Han diseñado una serie de imágenes que colocan en lugares estratégicos de cara a los peatones y no de los coches.
En cada una de ellas lanzan un mensaje de seguridad vial y sentido común de forma sencilla y muy simple, unos dedicados a niños, otros dedicados a padres y todos directos a fomentar comportamientos cívicos y educativos en los desplazamientos.
Desde coger a los niños de la mano a animar a ir en bicicleta, enseñar a mirar, respetar a los demás, y sobre todo tener mucho cuidado son a grandes rasgos las ideas más recurrentes que por desgracia parecen pasar desapercibido en una ciudad tan peculiar.
Con la ventaja y desventaja de tener muchas zonas peatonales o cuasipeatonales, circular por Benidorm es complicado para el coche y para el peatón. Los niños se despistan con facilidad, los coches aparecen por donde menos lo esperas e incuso sus exagerados neones llaman la atención y hacen que los errores al caminar puedan ser muy peligrosos.
Una genial idea que podían copiar en otras ciudades porque además de ser estéticamente interesante resulta muy llamativo.
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