Tengo un niño de dos añitos recién cumplidos. Desde que es pequeño siempre imaginaba la hora del cuento, ese momento idílico en el que se sentaría en la cama o en la cunita y leeríamos un cuento cada día. Pero la triste realidad es que los niños no son todo lo cooperativos que esperamos con determinados temas, y mi pequeño lo de la lectura se lo toma de un modo diferente.
He comentado con muchas madres de niños “prelectores” y casi todas coinciden en que hay que dejar a los niños que crezcan antes de volver a intentarlo. No estoy de acuerdo, creo que hay miles de formas de acercarse a la lectura y que los niños deben considerarlo algo normal desde pequeños, aunque al principio no les haga mucha gracia.
Así que después de muchos y variados intentos, de libros interactivos, Ipads, libros grandes, pequeños caros, baratos, duros, blandos... He llegado a la conclusión de que a mi niño lo que no le gusta es que le lean los cuentos.
Así que hemos cambiado un poco la dinámica:
1. Leemos el libro una o dos veces para que capte la atención y descubra el contenido.
2. Dejamos que sea él mismo el que lea o interprete el libro, que descubra sus páginas sin presión y de forma divertida.
De este modo en casa hay cuento o cuentos cada día. Conoce las historias y los personajes y las cuenta divinamente (bueno, a lo mejor un poco a su modo porque aunque el cuento tenga una gran profundidad lo más importante para él es que una vaquita bebe en el río o que va a salir un pipi azul un poco más adelante.
Cada noche es él mismo el que decide si quiere el cuento del Oso o el del Pingüino , de momento la cosa va de animales pero todo se andará,... y poco a poco tenemos nuevos libros preparados para ir descubriéndolos juntos. Así que queridas madres prelectoras. ¡Buscad el camino! La lectura se aprende, se imita, se mama desde pequeños, no os desaniméis, probad formas, que los peques vean los libros en casa, que os vean leer, leer con ellos, ... ¡Qué es muy bonito!
1 Comentarios
Buen consejo!!!
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