Supongo que todos sabéis que en esta casa lo normal es que las cosas tengan colorines, manchas o texturas dudosas. Las paredes, los suelos y sobre todo la ropa que no sobrevive ni al desayuno intacta.
En verano descubrimos los helados de chocolate y esa cosas cuando se secan no salen jamás. JAMÁS. Así que ya me he resignado deshacerme determinadas prendas. Si no puedes contra ellas, tirarlas a la basura y haz como que nunca existieron.
Bueno. En estos días hemos tenido un ataque artístico en casa. En un taller de pintura embadurnamos un pantalón con acrílico y para rematar el canijo encontró las pinturas de manos, y como su propio nombre indica, las usó a placer por toda la casa, ropa y sofá.
Decidimos probar Ariel Baby, no sólo porque la camiseta y el pantalón son nuevos, también porque la funda del sofá nos caía bastante bien y queríamos salvarla.
Primero mojamos un poco la zona sucia (en algunos casos la prensa entera por como veis en las fotos) con agua calentita. Y usando el difusor del tapón froté. Mucho. Lo reconozco.
Lavado a 30 graditos y un cazo abundante de Ariel a la lavadora. Mano de santo. La tapicería del sofá fue a cuarenta. A riesgo de ocasionar bajas.
Prueba dos. El maquillaje malo de Halloween. Camisa blanca que dejó de serlo y riesgo de convertirlo todo en rosa. Incluimos en la operación una de esas toallitas absorbe color. Quedó divina.
Así que de momento se queda como quitamanchas oficial del hogar. Mejor eso que tirar medio armario, ¿no?
1 Comentarios
Las manchas de tu niño no pueden ser peores que las de esta que viste y calza (y comenta). Ya sabes que tengo habilidad especial, ya desde la primera puesta, para manchar camisetas con manchas indestructibles.
ResponderEliminarTe reto a limpiar algunas de ellas cuando vengas a verme... ay, no... que el Ariel Baby es líquido y no te lo puedes traer... :P