Llevamos 40 días encerrados. Lo que es la definición más literal de la palabra cuarentena. Supongo que no hará falta explicar nada de lo que está pasando incluso aunque estés leyendo esto desde el futuro, da igual lo lejano que sea... Dicen que un señor se comió un murciélago y el efecto mariposa y la globalización acabó con todo el mundo encerrado en sus casas y la economía parada para sobrevivir a la pandemia. Se cerraron los colegios en primer lugar y luego los comercios, restaurantes, … y así todo menos lo que el gobierno consideró de primera necesidad. Que he de decir que no en todos los casos estamos de acuerdo, de esa forma los hospitales, farmacias, tiendas de animales, tiendas on line, jardineros, o los de Correos de una forma muy surrealista. La economía parada pero de aquella manera, no os penséis que era algo racional.
Los niños no podían salir y los padres se convirtieron en profesores improvisados. Un desastre absoluto. El temario avanzando con gente teletrabajando, niños alterados, video llamadas de profesores, Zoom y otros programas que ni conocías instalados en el móvil, un sin Dios.
Estamos justo en este momento. Supongo que dentro de unos años le quitaremos dramatismo pero ahora mismo no estamos aún en ese momento. Ahora mismo no hablamos, sólo gritamos. Discutimos por cualquier cosa y estamos nerviosos, irascibles y enfadados con nosotros, con los que nos rodean y con el mundo. Tenemos ansiedad e insomnio, unos en mayor medida que otros. El plural no hace referencia a mi familia en concreto, habla de la sociedad, con o sin hijos.
Quiero salir.
Queremos salir.
¿Consideran el servicio de psicología como trabajo fundamental? Deberían.
El lunes dejarán salir una hora a los niños a la calle justo en un nuevo aumento de contagios provocados porque han reabierto algunas empresas. Creo que este año no hablaremos de verano. De hecho creo que las relaciones sociales tal y como las entendíamos no serán igual. Eso en España es duro porque somos muy de tocar, besar y abrazar. Otros países lo tendrán más fácil pero en España cuando digan que abren las cosas la gente irá al bar a tomar el apetitivo, se meterá en un avión o hará una vida normal. Y es que no sabemos si esa normalidad volverá. Quizás cuando encontremos una vacuna. Quizás en un par de años alguien decida comerse un armadillo en África o lo que sea y esto siga así de forma periódica...
Pues si, sólo pensar en futuro crea estrés, pensar en rutina crea estrés, controlar el miedo crea estrés... Y así vivimos, encerrados y estresados. Siendo conscientes por primeara vez que las tecnologías son nuestras aliadas pero a la vez que son grandes enemigas, que la hiperconexión os mantiene cerca pero que la sobreinformación nos angustia...
Nuevas realidades a las que habrá que adaptarse.
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